Abordaje integrativo:Síndrome metabólico, nutrición celular y actividad física adaptada

En salud integrativa, los casos clínicos reales son herramientas valiosas para comprender cómo la ciencia, la nutrición avanzada y el acompañamiento terapéutico pueden transformar la vida de un paciente. No se trata de intervenciones aisladas, sino de un proceso continuo que combina evaluación precisa, toma de decisiones compartidas y un abordaje multidisciplinar.
El caso que presentamos hoy —compartido por la Lic. María Alejandra Bouzon— muestra cómo un enfoque integrativo bien estructurado puede revertir un síndrome metabólico complejo, mejorar la calidad de vida y consolidar hábitos sostenibles en el tiempo.

Abordaje integrativo de síndrome metabólico con nutrición celular y actividad física adaptada – María Alejandra Bouzon. Licenciada en nutrición –

Datos generales del paciente

Varón de 52 años, empleado administrativo, con diagnóstico de síndrome metabólico (obesidad abdominal, hipertensión arterial, dislipemia e insulinorresistencia). Vida laboral sedentaria y elevada carga de estrés.

Motivo de consulta y antecedentes

Consulta por cansancio persistente, dificultad para bajar de peso y sensación de “mente nublada”. Antecedentes familiares de diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular. Tratamiento previo con metformina 850 mg/día y atorvastatina 20 mg/día. Lleva una dieta rica en ultraprocesados, bajo consumo de verduras y sueño fragmentado por apnea leve. No realiza actividad física regular. Busca alternativas naturales y un acompañamiento integral que le permita mejorar energía, composición corporal y salud cardiometabólica. Desea aprender a sostener hábitos saludables más allá del tratamiento farmacológico.

Exploración física y pruebas diagnósticas:

• IMC 31 kg/m², perímetro abdominal 109 cm, presión arterial 145/95 mmHg.
• Glucemia basal 112 mg/dL, hemoglobina glicosilada 7,8%, HOMA-IR 3,8, colesterol total 248 mg/dL, triglicéridos 195 mg/dL.
• Perfil nutricional: estrés oxidativo elevado, déficit de magnesio, zinc y omega-3.
• Cuestionario de fatiga: puntuación alta.
• Test de microbiota: disbiosis fermentativa leve.

Intervención integrativa

Se inicia plan personalizado de nutrición celular activa, con reducción progresiva de azúcares simples y ultraprocesados, aumento de fibra prebiótica y proteínas de alto valor biológico. Suplementación:

• Omega-3 EPA/DHA (1 g/día).
• Magnesio bisglicinato (300 mg/día).
• Zinc (15 mg/día).
• Complejo B.
• Fórmula fitoterápica con berberina, ácido alfa-lipoico y canela de Ceilán para mejorar sensibilidad a la insulina.

Intervención del fisioterapeuta y entrenador integrativo: rutina de actividad física adaptada (30 min caminata + 15 min fuerza 4 veces/semana). Sesiones de coaching de salud y manejo del estrés con técnicas de respiración y coherencia cardíaca.

Resultados y evolución

• Tras 3 meses: IMC 29,2 kg/m², perímetro abdominal 101 cm, presión arterial 128/82 mmHg, glucemia 96 mg/dL HbA1c 6,3% y triglicéridos 135 mg/dL. Mejora del sueño y energía diaria.
• A los 6 meses, el paciente reduce medicación y mantiene adherencia al plan. Se evidencia mejor tono emocional, mayor conciencia corporal y consolidación de hábitos saludables.

María Alejandra Bouzon, licenciada en nutrición: «El enfoque integrativo permitió abordar simultáneamente los aspectos metabólicos, emocionales y conductuales del paciente. La combinación de nutrición celular, ejercicio adaptado, micronutrición y apoyo emocional potenció la eficacia terapéutica y favoreció la sostenibilidad del cambio. Este caso refuerza la importancia del trabajo colaborativo entre médicos, nutricionistas y profesionales del movimiento, con seguimiento continuo y objetivos realistas.«

“La medicina del futuro será necesariamente integrativa: donde la ciencia se une con la consciencia y el acompañamiento se convierte en el verdadero catalizador de la salud.”

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María Alejandra Bouzon – Licenciada en nutrición

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